Agua Amarga

Agua Amarga tiene algo que la diferencia de otras barriadas del parque. Más alejada de la capital, esta localidad pesquera de aspecto sencillo se ha convertido en un destino de moda para celebrities con ganas de pasar las unas vacaciones tranquilas. Su extensa playa urbana, su tamaño pequeño y su abundante vegetación (extraña en la aridez del parque) han ido atrayendo un tipo de turismo de mayor nivel adquisitivo en torno al que se ha construido una exquisita oferta comercial y gastronómica.

Como parte de su historia, se pueden ver los restos de vías de tren y del antiguo embarcadero donde se cargaban los barcos con hierro procedente de las minas de Lucainena de las Torres a finales del s. XIX y principios del XX. Se trata de la infraestructura minera más importante del Parque, después de las de Rodalquilar.

En las cercanías de Agua Amarga se encuentran las famosas calas del Plomo y de Enmedio (sólo se llega a pie). Además, se pueden realizar excursiones a la Playa de los Muertos, de difícil acceso pero hermosas y cristalinas aguas, o a Mesa Roldán, un promontorio formado por corales fosilizados hace millones de años. En este relieve, uno de los más elevados del litoral almeriense, se encuentra uno de los faros más altos de la Península, y la Torre-Batería de Mesa Roldán, del s. XVIII.

Otro de los atractivos de Agua Amarga son las cortijadas que se distribuyen alrededor del pueblo costero, en el interior. Se trata, en su mayoría, de casas que representan la arquitectura tradicional de estas edificaciones y muchas de ellas han sido restauradas y preparadas como casas rurales para el deleite de los turistas, apostando por un tipo de alojamiento “con encanto”.

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