ENTREVISTA A ESKORZO CON TONY MORENO Y JOSE GUSTAVO CABRERIZO

Hace 27 años se abrieron muchas puertas, las leyes eran otras y los márgenes de la libertad se antojaban casi infinitos en nuestro país. Granada despegaba como el centro del universo de algo que llamaban Indie y que a día de hoy solo queda en algún recorte. Al margen y casi a la par, los sonidos mestizos que viajaban desde la ciudad condal o Euskadi a las callejuelas de Calle Elvira, conformaron un ecosistema musical donde todo valía siempre que se hiciese de corazón. Este globo aerostático sobrevoló la España noventera sin atender a barreras ni fronteras estilísticas. Su vibración sonora era capaz de levantar al respetable sea cual fuese su origen, raza o gusto musical… como ejemplo, Mala Vida de Mano Negra sonando en todas las fiestas de pueblo entre Sin Documentos y El tractor Amarillo.

Eskorzo fueron arquitectos y pioneros de este imaginario libre, mestizo y desprejuiciado de hacer canciones desde su granada natal. Tras más de 25 años en las tablas, una esencia que conecta varias generaciones en sus directos y discos de estudio. Sobre conexiones con el Parque Natural, del viejo y nuevo mundo y de su próximo concierto el 13 de agosto en La Sala Chaman hablamos con ellos una tarde de verano donde la ola de calor quiso darnos tregua.

A las 7 de la tarde el sol cae despacio sobre San José cuando el vocalista Tony Moreno y el bajista José Gustavo Cabrerizo hacen la inevitable retrospectiva al mundo post 2019, justo cuando Eskorzo andaba preparando nuevo LP y embarcados en una prometedora gira mundial  “Reinventarse decían… odio esa palabra, yo llevo reinventándome toda la vida con mi música y con el catacroquer de la pandemia no quisimos perder la oportunidad de conmemorar nuestros 25 años de trayectoria, así que nos adaptamos a otro formato y empezamos a tocar en teatros y por lo menos tocar algo, pero nuestros planes eran otros”. Es que siendo una de esas bandas que por norma general pone la casa boca abajo cuando toca en vivo, a la hora de sentar al respetable decidieron darle otro universo a sus canciones para que estas no perdieran esencia y de paso probar nuevos registros, lo llamaron A Fuego Suave y de esta forma Eskorzo vistió sus temas con calma, de manera conceptual y más apta para sillas que para quemar suelo, aunque de allí como de todo siempre se llevaron algo “No era lo mismo pero por ejemplo: la versión que hicimos de La Pena en clave de bolero, se ha convertido en una de mis favoritas por lo distinta que es de la original” … “Teníamos cerrados tres años de nuestra vida con la gira mundial y de repente … jarro de agua fría, pero no íbamos a rendirnos”. Hablando de gira mundial es inevitable apuntar a Latinoamérica y la influencia de bandas como Los Fabulosos Cadillacs o La Bersuit, colaborando estos últimos en el cuarto disco de Eskorzo, ese pelotazo internacional llamado El árbol de la Vida (2004) que además, sentó una influencia importante en sus componentes y en la forma de hacer canciones, que ya puestos, se sumaron a ese Punk gitano que bebía de los Balcanes de la No Smoking Orchestra, las raíces del rocksteady, el Ska , el swing nómada y por supuesto, esas letras que han conectado 25 años después con un país que quiere bailar sin complejos, que grita a los cuatro vientos  una renovada conciencia social frente a esos elementos monocromo que buscan la mediocridad en serie.

De esos reductos de la contracultura a medio camino entre los 90 y la era internet, Eskorzo encuentra a padres e hijos entre el público de sus conciertos “Se nos acerca mucha gente joven de veinte pocos años que nos dice eso de que sus madre lleva toda la vida poniendo los discos de la banda en casa… a mí me enorgullece ser portavoz de esa época y decir con orgullo que formé parte de un tiempo donde el ambiente sí que era auténtico, por lo menos en Granada y en donde la contracorriente era ser verdaderamente raro, ahora parece que lo alternativo es ser reaccionario” y poca razón no le falta cuando les mencionamos el juego irónico y estilístico que sus vecinos Los Planetas junto al siempre genial Niño de Elche hacen reinterpretando El Novio de la Muerte o, una vez más, Jota y la flor y nata granadina desarrollan con su proyecto Fuerza Nueva dándole la tornare di la torna a esos códigos del fascio, provocación punk en tiempos sin sabor que nos llevan directamente al Cabo de Gata de finales de los 80.  Y es que cuando José Gustavo, bajista de Eskorzo y uno de los capos granadinos de la programación cultural ya venía por aquí con su gente hace casi cuatro décadas la cosa era muy distinta “La masificación, como todo, acaba quitándole la autenticidad a los enclaves naturales, y está claro que los hosteleros y los comerciantes del parque son partidarios de que cada vez se explote más esta joya para el lógico beneficio de sus empresas, pero yo he visto crecer esto e ir perdiendo poco a poco la verdadera riqueza del entorno durante los últimos 30 años” la delgada línea que separa la explotación masiva del parque con el lujo vacacional es un problema que salta en nuestra entrevista cuando Tony indica que, dentro de unos años solo los más pudientes podrán permitirse veranear aquí “la subida de precios en los alquileres, en los hospedajes, la falta de libertad para acampar en las calas como pasaba hace años en Los Escullos o Genoveses … El Cabo mantiene su esencia auténtica gracias a la lucha de mucha gente que no quiere que esto acabe siendo Benidorm, el civismo tío, el civismo de la gente que debe mantener los espacios limpios y concienciar a sus hijos en la conservación del entorno como hacen los amigos de Ocean Project cada miércoles con niños en la Isleta del Moro y la recogida de basuras en el mar” Tony habla con el conocimiento de quien muchos años veraneando en La Isleta del Moro durante largas temporadas y de la que se siente un vecino más cada verano “tierra de piratas, infranqueable y ruda … yo allí desconecto del todo y me conecto con el parque, el Cabo ha inspirado muchas de la letras de la banda en estos 20 años y bueno a mí me reconforta de energía aunque últimamente no estoy escribiendo nada, más bien oyendo. De hecho, últimamente estoy redescubriendo un disco imprescindible como es Omega de Enrique Morente con Lagartija Nick”.

La catedral musical que supone Antonio Arias (que también tocará en La Sala Chaman este verano 2022) y toda esa ciencia que rodea su música nos hace dispararles dos preguntas, la primera tiene que ver con el poco reconocimiento que en vida tienen artistas trayendo el ejemplo del líder de Lagartija Nick, a lo que ambos asienten al unísono y la segunda, tiene que ver sobre el universo internet, redes sociales y video singles como formato de industria actual “Nosotros descubrimos hace años que las discográficas no eran necesarias conforme aparecieron las copias piratas y las descargas, el mp3 hundió la industria discográfica, así que nos auto-producíamos todo.  igualmente no somos una banda que haya basado su economía en la venta de discos ya que, como siempre ha sido, el dinero viene de la música en directo ya sea en salas o en los festivales, donde por otro lado ahora existe una burbuja que tarde o temprano acabará petando” y poca razón no le falta a esta banda que desde hace muchos años, organiza sus giras veraniegas en función a los lugares donde les apetece descansar, el ejemplo claro lo tenemos con Cabo de Gata y su próximo concierto en La Sala Chamán el 13 de Agosto “La Chaman es un lugar único en el mundo por su localización y allí siempre nos apetece tocar, es nuestra casa y además, coincide con nuestro lugar de descanso veraniego … hemos rodado varios videoclips por aquí, luego tiene esa esencia africana bereber que a mí me conecta con las raíces, me invita a pintar … es inspiración pura que me recarga las pilas al volver a la civilización ”. Pues solo podemos desear que esa energía de 7 vientos para luchar contra la adversidad que destilan los 7 miembros de Eskorzo tras 7 discos de estudio, les vuelva a llevar por el mundo entero recargando de energía positiva las pistas de baile y llevando como siempre su música por bandera, para colonizar cual piratas con ese viejo texto de los Funkadelic “One Nation under a groove: una nación bajo el ritmo”.

Daniel S Botello Cohen