La Almadraba de Monteleva

La Almadraba de Monteleva nace a la sombra de la actividad salinera, instaurada en la zona desde tiempos de los romanos y que pervive en la actualidad, aunque a un ritmo mucho menor que en otras épocas. Predomina sobre el conjunto la vieja iglesia, recientemente restaurada, y las casas de los trabajadores de las salinas (hoy abandonadas), también conocidas como “pueblo salinero”, todas construidas a principios del s. XX.

Esta zona es parada obligatoria para los amantes de la ornitología puesto que es un lugar privilegiado para el avistamiento de aves. Son varias las aves migratorias que pasan por las salinas, como el flamenco rosa, los correlimos, las fochas o incluso la malvasía cabeciblanca, una especie en vía de extinción

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